Según el World Green Building Council, más del 11% de las emisiones mundiales de carbono se deben a la construcción de edificios. Otro 28% de las emisiones procede del uso y gestión continuados de esas estructuras.
No es de extrañar, pues, que se pida a organizaciones de todo el mundo que gestionen y reduzcan sus emisiones de carbono operativas y el carbono incorporado en sus proyectos.
Más allá de la presión social, muchos de nuestros clientes también tienen que cumplir mandatos gubernamentales que les obligan a aplicar prácticas o procesos que reduzcan la huella de carbono de sus proyectos. De las organizaciones más grandes se espera que tomen medidas para medir sus emisiones de carbono, o al menos dentro de su dirección estratégica, que formulen una declaración como la de carbono neutral.
El mercado europeo se enfrenta a un rigor aún mayor en torno a los permisos de construcción y las aprobaciones, a medida que se imponen las evaluaciones del ciclo de vida. Y lo mismo cabe esperar en la región APAC.
Para los contratistas más pequeños, la sostenibilidad es una necesidad comercial. Al responder a las licitaciones, se espera que presenten metodologías que detallen cómo minimizarán los residuos in situ y mitigarán el impacto en los barrios circundantes, entre otras consideraciones.
También se está convirtiendo en un punto de diferenciación para que los contratistas destaquen del resto. Por ejemplo, las mejoras en los productos o en los procesos de fabricación que reducen el acero o el hormigón pueden ofrecer una ventaja a la hora de ser tenidas en cuenta por los principales contratistas.
Los fabricantes lo consideran positivo para el medio ambiente y un argumento de venta. Las empresas intentan crear productos con menos materia prima, a menudo incluyendo materiales reciclados, para ofrecer soluciones con menos carbono incorporado.
La medición conduce a la mejora
Cumplir los requisitos de sostenibilidad no es tarea fácil. Hay muchos factores que influyen en la sostenibilidad más allá de la simple selección de materiales: las pautas de desplazamiento, el consumo de energía y los plazos de los proyectos influyen en las emisiones de carbono asociadas a un proyecto determinado.
En esta complejidad reside una oportunidad: la virtualización de los procesos. Esto implica la creación de entornos digitalizados detallados que cubran todo el ciclo de vida de diseño-construcción-gestión. Proporcionan representaciones realistas y precisas en tiempo real de proyectos complejos, lo que se traduce en mayores niveles de comunicación, claridad y compromiso para todas las partes interesadas.
Si se hace bien, los datos del ciclo de vida del proyecto serán precisos y accesibles para futuras necesidades y análisis. Inevitablemente, actuará como la nueva base para la entrega del diseño listo para el proyecto, reduciendo la necesidad de los costes y esfuerzos tradicionales de descubrimiento y mano de obra para el inicio del proyecto.
Al aprovechar la tecnología para simular y analizar operaciones, podemos alcanzar un nivel de medición antes inaccesible. Este planteamiento permite a las organizaciones conocer mejor su impacto ambiental e identificar áreas de mejora.
Cuando los proyectos tardan años en completarse de principio a fin, y no hay posibilidad de repetirlos, ¿cómo podemos medir y optimizar eficazmente las emisiones de carbono en la construcción? Aquí es donde entra en juego la digitalización.
Ingeniería digital y residuos
Reducir los residuos es una forma sencilla de reducir las emisiones de carbono: si se utiliza menos hormigón, por ejemplo, se obtiene el doble beneficio de reducir los costes de construcción y el carbono incorporado en el edificio. Sin embargo, esta metodología puede resultar a veces corta de miras. ¿Y si pudiéramos predecir y planificar cómo interactuamos con nuestro mundo construido en los años venideros?
En DBM Vircon utilizamos el término SAIM, que significa Serviced Asset Information Model. SAIM es la prestación de servicios para conservar un modelo de información de activos de instalaciones que proporciona la representación SAIM de los activos del mundo real. Esto incluye la creación y gestión del modelo para mantener su vigencia y precisión durante la vida útil del activo.
Se trata de un servicio que integra los datos del ciclo de vida del proyecto en el modelo 3D as-built, creando un activo rico en información que permite a los clientes comprender su entorno construido a través de un prisma totalmente nuevo. Permite analizar, evaluar y realizar un seguimiento más detallado de sus entornos para actualizar cualquier cambio operativo y modificación de sus instalaciones, de modo que pueda realizar un seguimiento de los datos de su entorno construido.
Comprender el entorno construido permite prácticas sostenibles de varias maneras:
- Toma de decisiones y mantenimiento de activos proactivos en lugar de reactivos. Menos tiempo, menos energía y menos residuos en las tareas de mantenimiento. Menos pérdida de tiempo en comprender sus activos.
- Conocer con exactitud los materiales, los proveedores y la esperanza de vida del entorno construido.
- El seguimiento de los activos conduce a la evaluación comparativa y a la toma de mejores decisiones, ya sea para actualizar las instalaciones existentes o para tomar decisiones conscientes sobre sus proyectos futuros.
Por ejemplo, en la construcción vertical, los servicios suelen ser inaccesibles, sobre todo los enterrados. Comprender el estado o la situación de estos servicios también es difícil de rastrear, con SAIM, puede supervisar y gestionar cosas como el uso del agua, detectar fugas y optimizar los sistemas de distribución de agua para reducir el desperdicio.
En DBM Vircon abogan por el uso de tecnología avanzada para virtualizar, planificar y validar metodologías de construcción.
Un ejemplo de ello es la modelización del uso de barras de acero como refuerzo del hormigón. Las barras de acero son responsables de una cantidad significativa de residuos y carbono incorporado, por lo que cualquier reducción de los residuos puede suponer un ahorro importante.
La gestión e instalación de las barras de refuerzo suele dejarse en manos de la cadena de suministro. El acero se dobla in situ, con el consiguiente desperdicio. Todo lo que no se utiliza in situ va a parar al vertedero, lo que supone un derroche de recursos, tiempo y mano de obra y, por supuesto, un aumento del carbono incorporado al proyecto.
Para mitigar este problema, modelamos y analizamos meticulosamente la utilización de las barras de refuerzo en un entorno virtual, de modo que el acero pueda doblarse fuera de la obra y entregarse listo para instalar, minimizando la mayoría de los factores tradicionales en lo que respecta a los residuos.
Esto no sólo ahorra tiempo y dinero en la instalación de las barras de refuerzo: utilizando estos mismos modelos 3D, es posible optimizar la colocación y configuración del hormigón para crear estructuras más ligeras y eficientes desde el punto de vista energético. Las estructuras que pasan por un proceso de virtualización se construyen para durar, lo que reduce la necesidad de reparaciones y alarga la vida útil del activo.
Y como el hormigón y el acero son materiales estándar con una huella de carbono conocida, también es sencillo medir cuánto carbono ahorra esta actividad.
Ventajas más allá de la reducción de residuos
La virtualización no se limita a reducir los residuos materiales. Se pueden generar modelos 3D para crear entornos inmersivos que pueden utilizarse para diversas tareas una vez finalizada la construcción.
Pensemos en los costes de desplazar por avión a los nuevos miembros de un equipo a lugares remotos de Australia (o de cualquier otro lugar del mundo) para que reciban instrucciones de seguridad o realicen inspecciones de la obra, o en los costes que conlleva la formación en el mundo real de los operadores de grúas torre. Todo esto podría conseguirse mediante interacciones de realidad virtual (RV) en entornos virtualizados. La RV también puede facilitar la formación y la incorporación virtualizadas. Las ventajas para la sostenibilidad son múltiples: se reducen las emisiones, el consumo de energía y la seguridad.
Navegar por estos espacios en RV desde la comodidad de una oficina central, o incluso de su propia casa, podría representar una enorme reducción de las emisiones que se obtienen al reducir los vuelos y otros desplazamientos, por no mencionar la enorme reducción de costes para las empresas implicadas.
La COVID-19 fue testigo de la transición del trabajo en la oficina al trabajo en casa. La sociedad se adaptó rápidamente para virtualizar la forma en que interactuamos entre nosotros. El resultado es una disminución significativa de nuestro impacto en el medio ambiente. Tanto si se trata de un tipo de emisión de alcance 1, 2 o 3, la virtualización en todos los procesos de entrega y gestión reducirá las emisiones.
Los modelos virtuales también reducen los errores: brindan la oportunidad de planificar, con todo detalle, el movimiento de plantas o grandes envíos a través de emplazamientos existentes.
El uso de un entorno virtualizado basado en datos BIM y la incorporación de escaneados fotogramétricos recogidos en el emplazamiento ofrece un contexto más rico para los modelos y el movimiento, lo que significa que estos entornos son más inmersivos que nunca.
Las mejoras de las tecnologías de Sistemas de Información Geográfica (SIG) permiten ahora esta integración, lo que permite a los equipos planificar, cartografiar y virtualizar el resultado antes incluso de que se produzca. Esto permite al mercado reducir errores y riesgos, reutilizar datos anteriores para tomar mejores decisiones y reciclar estas prácticas para una entrega óptima.
De hecho, estos modelos pueden proporcionar incluso más información que no sería posible en el mundo real. En una sola vista, puede mostrarse el entorno del mundo real con superposiciones a medida que muestren líneas eléctricas en directo, zonas de exclusión o incluso informes de progreso para la finalización del proyecto.
Una nueva forma de pensar en el retorno de la inversión
Estos son sólo un par de ejemplos de cómo las metodologías de construcción virtualizada pueden ayudar a su empresa a pensar de forma diferente sobre la sostenibilidad y la reducción de carbono, y cuáles podrían ser los beneficios de esa inversión. Muchos esfuerzos de sostenibilidad llevan asociados beneficios para la cuenta de resultados, pero no siempre deben ser la primera consideración.
La virtualización requiere una mayor inversión y esfuerzo inicial en un proyecto, y es posible que algunos de sus beneficios no se materialicen plenamente hasta pasadas décadas o incluso generaciones. Pero si reformulamos colectivamente nuestra forma de pensar sobre lo que significa el retorno de la inversión en el contexto de la sostenibilidad, podremos trabajar todos juntos por un futuro mejor.
¿Todo listo para la entrega de proyectos digitales?
Estamos aquí para ayudar a sus equipos a abandonar los silos y colaborar en la nube. Desde la planificación y la implementación hasta la evaluación de flujos de trabajo, nuestros expertos pueden ayudarle a experimentar, realizar pruebas piloto y escalar la entrega de proyectos digitales.